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domingo, 24 de junio de 2007
Chile Metal Fest



Chile Metal Fest
Teatro Caupolicán - 05 de junio del 2007

Obituary, Sadus, Atomic Aggressor, Watain y Kythrone

Con mucho frío llegamos a lo que sería el segundo “Metal Fest”, organizado por la gente de Extratours. Un evento que traía a Chile un cartel imprescindible en la historia del metal a nivel mundial, con bandas consolidadas en el registro de las vidas de muchos de los presentes. Fue un show donde más de una generación se aglutinó una vez más, para adorar a íconos del género como lo son: Sadus, Obituary y la legendaria banda nacional Atomic Aggressor. Punto aparte Watain, que sin desmerecerlos, no tienen una trayectoria como la de las otras bandas, pero eran un plato interesante para este festival.

En la entrada faltó un poco más de organización, ya que había problemas con las filas y la venta de entradas, pero el público tuvo paciencia y se portó bastante bien. Soportando el intenso frío que se contraponía al calor que encendió el Teatro Caupolicán minutos más tarde. El recinto estaba lleno en su parte inferior, por lo que –para evitar problemas- se empezaron a abrir los accesos superiores y prohibir la entrada a la cancha, algo bastante atinado, ya que la cantidad de gente superó ampliamente las expectativas de asistencia de público.


la primera banda en salir (una sorpresa en el cartel que se había anunciado, pues no estaban presentes en los afiches) Fueron los chilenos Kythrone, banda que estaba presentando su disco debut "Kvit Des Todes". Muchos se quedaron sin ver a los nacionales, pues, sumado a que Kythrone comenzó antes de la hora indicada en las entradas, los accesos se cerraron por algunos minutos para ordenar el desorden que había afuera (que no era mucho tampoco)


Después la Segunda banda Nacional en Salir Fue Atomic Aggressor. A eso de las 21:00 horas, subieron al escenario las leyendas del thrash metal nacional, jugando a ganador saldaron la deuda que tenían con muchos de sus fans que los seguían desde las tocatas de la Sala Lautaro, reviviendo viejos clásicos de sus discos "Blood Ceremonial" y "Resurrection". Realmente se lucieron en esta reunión, con un sonido al hueso y sin dejar espacios para descansar, dejando en claro que son uno de las mayores leyendas y exponentes de las raíces del metal nacional. De esta manera, y en más de 40 minutos de show, dejaron conformes a muchos fanáticos que cantaron y moshearon cada uno de los temas. No sé si fue una reunión para este show solamente o si seguirán tocando, al menos sería bueno que dejaran un registro como lo hizo Pentragram en su último disco en vivo.



Luego sería el turno de los satánicos Watain, presentando un Black Metal crudo, puro y directo al hueso, con atmósferas oscuras y constantes evocaciones al maldito. Buena puesta en escena y buen sonido marcó la presentación de los suecos, que escupieron odio por un poco menos de una hora con riffs oscuros, siniestros y cavernarios. Impresionante el registro vocal de su vocalista Erik Danielsson, que tiene un vozarrón donde salen demonios directo desde su garganta. Su repertorio se basó en sus discos "Casus Luciferi" y en su recién lanzado "Sworn to the Dark". Deslumbraron a más de alguno con el cover de Dissection, "Somberlain", que desató el mosh inmediatamente. Destacada fue la presentación del chileno Alvaro Lillo en el bajo, quien además hizo una intervención en español a sus compatriotas con el clásico "Hail Satan". Buena presentación de los suecos, la gente no muy asidua al black metal ( En Los Cuales Me Incluyo) supo respetar y escuchar con paciencia a la espera de lo que venía.

Pasada la medianoche, entraron en escena los californianos de Sadus. Steve DiGiorgio en el bajo, Jon Allen en la batería y Darren Travis en la guitarra y voz, comenzaron con la clase magistral de Thrash Metal de la noche, prendiendo a un Monumental eufórico a pesar de la hora y el cansancio que ya se hacia notar. Era impresionante la calidad en la ejecución de este trío, que -en mi opinión- fueron los que mejor sonaron, pues aunque en el primer tema se hicieron algunos ajustes de volumen, el resto del show fue demoledor. El protagonismo del bajo de DiGiorgio, retumbaba en los cráneos de la gente en esta segunda visita (la primera fue el 2004) de la banda norteamericana a tierras chilenas. Se pasearon por su extensa carrera, presentando también temas de su último disco "Out For Blood", con cortes más progresivos pero sin dejar la agresividad. Un Darren Travis cantando como si el correr de los años pasaran totalmente desapercibidos, con una voz aguda y desgarradora, que complementa a la perfección el sonido afilado de su guitarra. En la mitad del show se notaba el cansancio del público, que a pesar de todo, vibró con los temas de sus discos más antiguos, como "Swallon In Black", desatando el mosh y los cabeceos por todo el teatro. Cabe destacar el tributo a Chuck Schuldiner (líder de Death) rendido por DiGorgio, ovacionado por todo el público presente; además de la participación de Francisco Cautín, frontman de Torturer, que se lució frente a sus mentores tocando bajo y cantando el tema ‘Sadus Attack’. Luego vendría el final con ‘Certain Death’, donde la gente vaciló con algunas de las últimas reservas de energía que les iban quedando.


Tras Sadus, llegó lo que muchos estaban esperando y personalmente yo, Obituary en Chile. Pese a la larga jornada, la multitud de fans esperaba con paciencia lo que sería el show de los norteamericanos. Una monótona intro, dio pie para que saliera al escenario el gran John Tardy, que con su característica voz nos deja en claro porque es una de las mejores voces del death metal. El sonido estuvo aceptable a excepción de la guitarra, ya que tenía una distorsión como stoner, perdiendo mucha definición. Obituary nos mostró lo que mejor saben hacer, death metal simple pero con agresividad, formula que los llevo al éxito y no dudan en repetir hasta en su nuevo último disco "Frozen In Time", nombre que define muy bien la filosofía de la banda. Temas como ‘Slowly We Rot’ y ‘Turned Inside Out’ convirtieron al Teatro Caupolicán en un campo de batalla. Buen Show el de Obituary, algo monótono a ratos, pero muy vacilón en otros, donde los ritmos pegajosos convertían la cancha en una verdadera masacre.



Excelente iniciativa de la productora, pero organizar un festival que dura mas de 4 horas un día martes es el único punto en contra, ya que al final quedaron todos muertos y la mayoría se tenía que levantar temprano al otro día. Tal vez si lo hubieran hecho un viernes o sábado, de seguro hubiera habido otra atmósfera, y quizás hasta hubiese ido más gente. Pese a esto, el evento fue todo un éxito. La gran mayoría quedó conforme y exhausta de la buena música mostrada aquella noche, un ejemplo para seguir imitando en el futuro, con más bandas legendarias y con más del buen metal.

La Salida fue una verdadera aventura, para poder llegar a mi casa.
Excelente dia, totalmente de culto.

Posted by M&M on domingo, 24 de junio de 2007 at 21:39 | Permalink